LA EDUCACIÓN EN EL INCANATO
INTRODUCCIÓN
Por medio de la elaboración de este
trabajo queremos llegar a conocer un poco más acerca de la historia y origen
de la educación en nuestro País, el mismo que nos permita dilucidar
entre sus diferentes espacios de tiempo a fin de extraer conclusiones que nos
conlleve a rescatar lo valioso de ella así como de corregir aspectos que
atenten contra el hecho educativo.
La educación está tan difundida que no
falta en ninguna sociedad ni en ningún momento de la historia. En toda sociedad
por primitiva que sea, encontramos que el hombre se educa. Los pueblos primitivos carecían de
maestros, de escuelas y de doctrinas pedagógicas, sin embargo, educaban al
hombre, envolviéndolo y presionándolo con la total de las acciones y reacciones
de su rudimentaria vida social. En ellos, aunque nadie tuviera idea del
esfuerzo educativo que, espontáneamente, la sociedad realizaba en cada momento,
la educación existía como hecho.
En cualquiera de las sociedades civilizadas
contemporáneas encontramos educadores, instituciones educativas y teorías
pedagógicas; es decir, hallamos una acción planeada, consciente, sistemática.
La importancia fundamental que la historia de la educación tiene para cualquier
educador es que permite el conocimiento del pasado educativo de la humanidad.
El hecho educativo no lo presenta la
historia como un hecho aislado, se estudia vinculándolo con las diversas
orientaciones filosóficas, religiosas, sociales y políticas que sobre él han
influido. Al verlo así, como un conjunto de circunstancias que lo han
engendrado, permite apreciar en qué medida la educación ha sido un factor en la
historia y en qué medida una cultura es fuerza determinante de una educación. A lo largo de la investigación,
analizaremos cuales fueron los hechos más relevantes que ocurrieron en nuestro
pasado, y que de una manera u otra dieron origen a la educación y por ende a la
pedagogía. De la misma manera conoceremos como a lo largo del tiempo ha ido
evolucionando de acuerdos a las diferentes épocas o etapas de nuestra historia
nacional hasta llegar a la actualidad. Veremos sus características peculiares
en cada contexto histórico en concordancia con el tipo de sociedad y gobierno.
1. LA EDUCACIÓN EN LOS AYLLUS DEL PERÚ
Está demostrada la
existencia de un comunismo de tribu como origen delos pueblos conocidos en el
mundo. Los primeros seres humanos que habitaron en el antiguo Perú, sin duda
alguna, fueron las hornas de los clanes errantes los que conformaron los ayllus
y éstos las tribus sedentarias o comunidades primitivas. En esta agrupación
primitiva tuvo mayor presencia los ayllus, que también fueron errantes y luego
sedentarios; de este modo, integraron la comunidad primitiva del Perú. Asentada
sobre la propiedad común de la tierra, y unida por vínculos de sangre, eran sus
miembros individuos libres, con derechos iguales, que ajustaban su vida a las
resoluciones de un consejo, formado democráticamente por todos los adultos
hombres y mujeres de la tribu.
Más adelante, los adultos
explicaban a los niños, cuando las ocasiones lo exigían, cómo debían de
conducirse en determinadas circunstancias. En el lenguaje grato a los
educadores de hoy, diríamos que en las comunidades primitivas la enseñanza era
para la vida por medio de la vida: para aprender a manejar el arco, el niño
cazaba; para aprender a guiar una piragua, navegaba. Si los padres dejaban a
los niños en completa libertad, ¿cómo todos los adultos resultaban después
idénticos?, ¿en virtud de qué la anarquía de la infancia, se transformaba en la
disciplina de la madurez? Todo eso se producía por la concepción del mundo,
pues el primitivo supuso, que la Naturaleza estaba organizada en igual forma:
su religión fue por eso una religión sin dioses. Los primitivos creían, en
efecto, en fuerzas difusas que impregnaban a todo lo existente, de la misma
manera como las influencias sociales impregnaban a todos los miembros de la
tribu. Basta vital modo de pensar y actuar de los adultos para que los niños se
auto disciplinarán.
De esta concepción (la única
posible en una sociedad rudimentaria en que todos los miembros ocupaban un
sitio igual en la producción) deriva lógicamente el ideal pedagógico al cual
los niños debían de ajustarse. El «deber ser», en el cual estaba la raíz del hecho
educativo, les era sugerido por su medio social desde el momento mismo de
nacer. Con el idioma que aprendían a hablar recibían una cierta manera de
asociar o de idear; con las cosas que veían y las voces que escuchaban, se
impregnan de ideas y sentimientos elaborados por generaciones anteriores; se
sumergían de manera irresistible en un orden social que los influenciaba y
moldeaba. Nada veían, nada sentían sino a través de maneras consagradas en su grupo.
Su conciencia era un fragmento de la conciencia social, y se desenvolvía dentro
de ella.
De modo tal que antes que el
niño bajara de las espaldas de la madre había recibido, de manera confusa
todavía, pero con relieves ponderables, el ideal pedagógico que su grupo
consideraba fundamental para la propia existencia. ¿En qué consistía ese
ideal?; en adquirir, hasta hacerlo imperativo como una tendencia orgánica, el
sentimiento profundo de que no había nada, absolutamente nada, superior a los
Intereses y las necesidades de la tribu.
En la comunidad primitiva, los fines de la
educación derivan de la estructura homogénea del ambiente social, se
identifican con los intereses comunes al grupo y se realizan igualitariamente
en todos sus miembros de manera espontánea e integral: «espontánea» en cuanto
no existe ninguna institución destinada a inculcarlos; «integral», en cuanto
cada miembro incorpora más o menos bien todo lo que en dicha comunidad es
posible recibir y elaborar.
Este concepto de la
educación como una función espontánea de la sociedad, mediante la cual la prole
se asemeja a los adultos, dejó de serlo cuando la comunidad primitiva se fue
transformando lentamente en sociedad dividida en clases, por la distribución de
los productos, la administración de Injusticia, la dirección de la guerra, la
inspección del régimen de riego, etc. En consecuencia, la educación no estaba
confiada en nadie en especial, sino a la vigilancia difusa del ambiente,
orientada a un fin práctico, útil para la vida.
LA FILOSOFÍA INCÁSICA
El hombre era un punto del
universo, el ser más evolucionado de los microorganismos de la materia por
acciones cósmicas ignotas. Esta forma de aparición del hombre fue concebida por
los Incas, al pensar que el hombre procede de la Naturaleza, concretamente de
la Pachamama.
El cosmos es el mundo, el
universo, el conjunto de todas las cosas que existen en él, los seres orgánicos
e inorgánicos, las fuerzas de gravitación universal, y todos los entes del
espacio infinito. Pero, en sentido restringido, el planeta Tierra es el cosmos
del hombre por ser su escenario inmediato. Según la filosofía Incásica, el
planeta Tierra era el mundo del hombre, de él viene y a él vuelve; que contiene
el pasado, el presente y el futuro del hombre, y su relación era la total
armonía. En cambio, los españoles eran idealistas, que concebían su vida en
lucha constante con la Naturaleza, con todos los hombres del mundo para
supervivir con más bienes materiales.
En el seno del
Tahuantinsuyo, los pueblos agrupados en ayllus fueron iguales en su trato, hubo
pueblos de distintos colores de piel, que iban desde el blanco hasta el cobrizo
más intenso; este carácter multirracial del incario lo constataron los propios
cronistas españoles, que se encontraron con que aquí también habían pueblos con
la piel más blanca que los españoles, pero aquí también habían pueblos con la
piel más obscura, sin embargo, los incarios no tuvieron el criterio del
racismo, porque pensaban en la raza única de la especie humana. La historia
prueba que el racismo nació en el Occidente, como una expresión de la mentira,
la expoliación y elsojuzgamiento al que sometieron a otros pueblos.
Otras características
peculiares de la nación Incaria
Sus inventos, la cultura
como la civilización al servicio de todos; mientras los imperios occidentales
nunca fueron portadores del progreso ni de la cultura, sino dela opresión, la
violencia y la sujeción; porque carecieron del sentido comunitarista.
Para los Incas, la medida
del valor de las personas estaba dada por su aporte en beneficio de la
comunidad. En esta forma de encarar la existencia, el valor social recaía sobre
quienes mostraban adhesión con su ayllu y su nación, y no sobre quienes hacían
ostentación personal de sus riquezas; todos habían sido formados en este
criterio, que constituía su psicología de base; a nadie se le habría ocurrido
en el Tahuantinsuyo acumular riquezas, pues no se conoció la propiedad privada.
Para el occidental, el lucro y el amor a sí propio fue su psicología de base.
En los pueblos del
Tahuantinsuyo hubo un elevado enfoque de la propia existencia; pues, no vieron,
por ejemplo, en los metales preciosos un medio de acumulación de riquezas, sino
como simples objetos que permitían expresar la belleza. Para los Incas el oro y
la plata eran obsequios de Pachamama, el trabajo en ella era vivir alegremente,
como gobernar era hacer que todos trabajen con alegría.
En cambio, el occidental
aportó al mundo la desocupación, la explotación, el engaño, la miseria, la
ociosidad, etc.
A nuestro juicio, la economía debe estar al
servicio de la sociedad, la organización económica un derivado de la
organización social. En el Tahuantinsuyo, los ayllus no sólo eran unidades
sociales de base, sino también centros de producción económica. En el Occidente
ocurrieron las cosas de otra manera: allí para que pudiera desenvolverse la
economía esclavista debió la sociedad condenar a la mayoría de su población a
la esclavitud y a su vez encumbrar a los esclavistas; cuando a la economía esclavista
le sucedió la feudal, hicieron su aparición los señores feudales y los siervos
de la tierra; y cuando, finalmente, al feudalismo le siguió la economía
capitalista, en la sociedad se encumbraron a los burgueses en la cúspide,
mientras los proletarios caían en los abismos de la sociedad. En todos esos
casos, la sociedad jugó un papel subsidiario de explotación.
Además, las leyes naturales son las que
regulan la dinámica de todas las cosas en su conjunto, donde el hombre se halla
inmerso en estrecha interacción. Nadie podría desdeñar esta verdad
incontrovertible, fuente de todas las ciencias. En este entender, las
necesidades humanas son científicas, y todo esfuerzo humano debería orientarse
hacia su satisfacción, sin discriminación; puesto que las leyes naturales no
son discriminatorias. Por eso, creemos que las concepciones filosóficas de los Incas
fueron científicas. Mientras que al finalizar el siglo XX, la sociedad peruana
vive con prejuicios filosóficos; parte de éstos constituyen los contenidos
educativos que se les trasmite en todos los niveles y modalidades de la
Educación Peruana.
LA CULTURA CIENTÍFICA.
Algo evidente; todo
conocimiento científico parte de la experiencia directa, así como la filosofía
de las leyes naturales. La concepción incásica de la vida y el mundo tuvo como
punto de partida una Visión integrada y unitaria del universo. En cambio, los
occidentales tuvieron una perspectiva homocéntrica.
Para los incásicos, Pacha mama
unía el espacio con el tiempo, que el pasado genera el presente, como éste el
futuro; que Pachamama contiene el germen de los seres que viven sobre ella y
nadie puede ser Propietario de ella, que el hombre es de ella. En tanto, los
occidentales se hacían por sí y ante sí dueños de tierras.
En base de estas premisas,
en el Tahuantinsuyo se gobernaba para el bien general, con el principio extraordinario:
gobernar es hacer que todos trabajen con alegría en beneficio de la comunidad;
no existió el Pensamiento de acumular riquezas en desmedro de su ayllu. En
cambio, los occidentales eran narcisistas .
En el Tahuantinsuyo hubieron
pueblos de distintos colores de piel, que iban desde el blanco hasta el
cobrizo, sin embargo no hubo racismo, la relación hombre - mujer no era tan
desigual en la vida preamericana. La relegación de la mujer y el racismo fueron
introducidos por los occidentales, como también los desajustes sociales que se
dieron, debido a la atrevida sustitución de las leyes naturales por las leyes
sociales. Esto se hizo clarividente en España de la vieja Europa, donde el
hombre ignoró que vive gracias a la conjunción de los cuatro elementos
constitutivos de la vida: nitrógeno, hidrógeno, oxígeno y carbono.
La cultura Inkaria no fue un
imperio, sino una expansión cultural, eminentemente socialista, como lo prueban
sus ayllus con su ayni, minca, kamachico; su idioma quechua de elevado carácter
social; sus descubrimientos, inventos y creaciones también tuvieron sentido
social, sirvieron para elevar su status de vida y proseguir la exploración de
todo cuanto existe en la Naturaleza, manteniendo la unidad física e ideológica de
sus habitantes; sin descuidar la atención a sus niños, y la jubilación del hombre
del trabajo productivo. Entre sus actividades científicas, son importantes los
calendarios, como una forma de atrapar los movimientos del Sistema Solar que
influyen decisivamente en la vida echas; las construcciones de los seres, sobre
todo en las siembras y cosechas; las construcciones de sus canales de
irrigación, como grandiosas obras de ingeniería; los extraordinarios
conocimientos de Botánica, Física, Química, etc.; como genistas insuperables
produjeron el maíz, perfeccionaron el cultivo de la papa, cultivaron el algodón
inclusive en colores; los alcances en la medicina, realizaron trepanaciones,
momificaciones, etc.; sus dominios en la estética, el arte, la cerámica fueron
asombrosos; su conducta social, moral, solidaria y fraternal constituyeron el
paradigma dela más alta dignidad humana. Dichos valores, no obstante el
vasallaje español y neoespañol por espacio de 448 años, siguen siendo la gran reserva
moral y cultural del futuro.
En la sociedad Inkaria no se
conoció la «propiedad privada», porque su estilo de vida fue comunitario; se
practicó el principio: todos para uno y uno para todos, por la naturaleza de
sus ayllus, instituidos a similitud de la gran dinámica del cosmos. Estos y
otros hechos reales no fueron para menos, cobraron trascendencia mundial. En
China popular se «ensaya la comuna nutrida por la experiencia del ayllu y el
calpulli inkarios»; como en Rusia, el Soviet. El pensamiento cósmico de los
Incarios influyó sobre Carlos Darwin para la elaboración de su teoría
evolucionista de los seres vivientes. Igualmente, influyó sobre Carlos Marx
para la creación de su método científico el marxismo. A nivel mundial, lo único
que enorgullece al Perú es su cultura Inkaria, que aún detenta minimizada, como
reserva cultural del mundo cuadridimensional; pero a ello habría que agregar la
frase «Lo único que vale en América es su cultura Inkaica».Con hidalguía
conviene declarar, que no contamos con las fuentes verídicas y absolutas de la
maravillosa cultura inkásica. Es cierto, que los quipus cobran su testimonio,
sin embargo, las tradiciones escritas no son sino historias occidentalizadas,
vale decir, que hay mucho por conocer.
La cultura del Perú de hoy,
a nuestro juicio, adolece de autenticidad, de carácter científico y de caldo
humanístico; por ello requiere su ponderación con el método científico, para
prodigar una verdadera educación a los hijos del Perú profundo, quienes en esta
hora crucial se mueren de hambre por su ignorancia en la transformación de sus
recursos naturales. La cultura que se trasmite a través de la Educación
Nacional de hoy, no es valiosa para la vida y el trabajo, por eso no hay
desocupados en el país.
LA EDUCACIÓN DIALÉCTICA
La educación Incaria fue
inspirada en la dialéctica natural del cosmos, el desarrollo de la realidad
circundante y las necesidades humanas.
Sus fines educativos fueron
determinados por la dinámica de todas las cosas en su conjunto, como por el
propósito de elevar el nivel de vida de la sociedad comunitaria, sin
mezquindades personales. La educación en el Occidente tuvo un fin
individualista, debido a su concepción subjetivista del mundo. El amor a la
tierra fue uno de los fines concretos de la educación Inkaria; porque era su madre
y protectora de su vida con equidad. En los españoles había la mentalidad de
lucha antagónica por el interés del dominio de clase, de expansión y obtención
de bienes materiales, generando en sus relaciones sociales el esclavismo y el
feudalismo.
Para el Incásico el trabajo
fue una virtud, como decir la verdad, el no mentir ni robar; porque estaba
plasmado así a través de los fines concretos de su educación. El español
llevaba consigo una lacra social debido a su concepción fatalista de la vida, y
apasionamiento por la propiedad privada. El Perú histórico tuvo una educación
auténtica, eminentemente hogareña y práctica, sin recetas extranjeras que
aplicar ni modelos que copiar. Su sistema educativo fue elaborado acorde al
diario crepitar de sus conocimientos, siendo su máxima expresión las
Yachayhuasi, las acllahuasi, los quipus, los ayllus y los capullis; además los
ritos, cantos y bailes que practicaron con sentimientos fraternales y fines de
solidaridad. Hoy, el Perú en su vida republicana, con los prejuicios importados
por los españoles práctica a lo largo y ancho de su territorio, actos
inmorales, pauperizantes y de autodestrucción.
En base de las tradiciones y
testimonios escritos por los cronistas españoles y criollos, como por las
aseveraciones de historiadores y sociólogos nacionales, se llega a la evidencia
que la educación Incario estuvo impartida en forma viva por el hogar y el
gobierno, orientada por una filosofía cósmica. El hogar proporcionaba la
educación elemental y popular, con carácter naturalista, religioso, mítico y
clasista, en el siguiente contexto: idioma, buenas costumbres, labores
agrícolas, habilidades manuales, sumisión incondicional a las autoridades, y
sus ideales: apego a la tierra natal, amor familiar, sentido de unidad, sentido
de responsabilidad, formación del hombre creador. Mientras la educación
dirigida por el gobierno estaba destinada a la nobleza, a la élite, bajo la
dirección de los amautas.
La Educación de hoy está
desviada de su verdadero sentido, particularmente en el Perú. Toda ciencia gira
al servicio del hombre, de no ser así no tendría razón de ser. La ciencia de la
Educación en la sociedad peruana está desgajada por los avances de la ciencia
moderna, que en lugar de formar hombres útiles para la sociedad, viene
deformando el alma nacionalista y la unidad dialéctica.
ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD
INCA
La sociedad Inca se
caracterizaba por marcadas jerarquías, que colocaban en la cabeza el poder
absoluto del Inca; seguido por la nobleza, también llamada orejones, título que
les fue adjudicado por los españoles, dada la deformación de sus lóbulos,
originada por llevar pesados ornamentos que los diferenciaban de los demás.
Siguiendo la escala social
del imperio, estaban los runas o mitimaes, considerados como gente vulgar, es
decir, eran el común de los habitantes del imperio, quienes también tenían
tareas obligatorias en las mitas. Finalmente, estaban los yanacona o yanakunas,
que eran los sirvientes dela casa.
Sabemos que el pueblo inca
fue estrictamente conquistador. Sus conquistados resultaron unificados no solo
bajo una autoridad, sino en una cultura, que dio un cuerpo religioso y
conceptual cuya expresión fue la introducción de ritos y costumbres propias del
imperio Inca. Para ello, utilizaron diversos mecanismos para conciliar la
disparidad cultural. El primero fue la implantación del Runa Simi o Quechua
como el idioma oficiala lo largo del territorio.
Como segundo paso,
establecieron una organización social basada en principios morales de
obediencia y modelación de la convivencia. Estos tres principios, que resumían
cómo debía vivir un habitante del imperio, fueron las leyes básicas del
Tahuantinsuyo Ama Súa (no seas ladrón), AmaLlulla (no seas mentiroso) y Ama
Kella (no seas perezoso).
Nadie puede discutir la espectacular
organización inca, no solo por el manejo del inmenso territorio, sino además
por el éxito de la conducta paternalista de la nobleza inca. Pese a que la
autoridad en el imperio era unipersonal, es decir, comparable a una monarquía
europea de aquellas épocas, la población del imperio nunca pasó hambrunas ni
privaciones.
Este equilibrio social
actualmente es conceptuado por los estudiosos extranjeros básicamente desde dos
enfoques: a partir de un entendimiento de clases o castas sociales a la usanza del
medioevo europeo, se lo entiende como un sistema esclavizador o como
social-imperialista estudiado a partir
de los runas, es decir, desde el entendimiento de las estructuras sociales que
impusieron.
Por lo mencionado, el
Tahuantinsuyo merece un título especial entre las sociedades de mayor
desarrollo, considerando tanto sus actividades productivas y artísticas, como
su planificación social y política, además de su concepción religiosa que
propugnaba un equilibrio pleno entre las actividades del ser humano y la
naturaleza o el medio ambiente. Y, finalmente, por su sapiencia en incorporar a
su cultura y conocimientos todo aquello que era sobresaliente en sus
conquistados.
La estructura de la sociedad
inca estaba asentada fundamentalmente en el ayllu, si bien existía un nivel
organizativo inferior, que era la familia. La familia era endogámica,
patrilineal y monogámica, aunque en función de la riqueza adquirida por algunos
individuos ésta podía ser poligínica. El pueblo inca, para ser propietario de
la tierra, se organizó en clanes patrilineales endogámicos, áyllus, que en este
sentido eran unidades de parentes cocuyos miembros se consideraban
descendientes de un antepasado común. Este nivel organizativo afectaba a toda
la sociedad, de manera que el Inca también tenía su grupo de parentesco,
denominado panaca, que estaba formado por los descendientes varones del rey,
salvo su heredero, que habría de formar su propia panaca. Así pues, era también
un concepto que implicaba territorialidad. El complicado sistema administrativo
inca generó un amplio nivel de funcionarios, cuyos miembros pertenecían, en un principio,
a la panaca real, pero que a medida que se fue ampliando el imperio se
complementó con la nobleza local -los curacas- de los territorios conquistados.
De esta manera, cada asentamiento tenía su propio dirigente, que dependía de un
curaca encargado del gobierno de un territorio. Varios nobles locales dependían
a su vez de otro de rango superior, y éste de los funcionarios del Cuzco. Los
incas dejaron intacta la jerarquía local de los pueblos conquistados, aunque
los hijos de sus gobernantes fueron enviados al Cuzco donde, además de la
fidelidad de su padre, sufrieron profundos cambios aculturativos. Estos nobles
reales orejones- y locales administraron el imperio inca por medio de quipus y
principios que se basaban en la tripartición, el dualismo y la división
decimal. El sistema se basa en una ideología compleja que dividía los espacios
sagrados en torno al Cuzco y, por medio de ellos, de todo el imperio, quedando
seccionado en cuatro grandes territorios que tenían su contrapartida en las
direcciones del universo: Chinchasuyu al norte, Collasuyu al sur, Antisuyu al
este y Contisuyu al oeste. Estos cuatro cuartos se organizan a su vez en el
Cuzco en dos mitades: Hurin Cuzco (Contisuyu y Collasuyu, el Bajo Cuzco) y Hanan
Cuzco (Chinchasuyu y Antisuyu, el Alto Cuzco). Por último, cada barrio se
divide en tres secciones, y cada sección en tres ceques, cada uno con su propio
nombre. La población en su conjunto estuvo organizada por un sistema decimal en
grupos de 10, 500, 1.000, etc. familias, a cuyo cargo estaban personas de cada
vez mayor prestigio hasta llegar al curaca. Entre el segmento dirigente y el
plebeyo encargado de mantener el sistema productivo, hubo multitud de oficios
que, en función del prestigio, estratificaron la sociedad inca; si bien siempre
pertenecían a este segundo segmento. De ellos salían también los colonos
mitmaquna, grupos de colonos que eran desplazados a otros territorios, bien
para incanizarlos bien para mantener el sistema productivo mediante la
prestación en grupos del trabajo en mita. En lo alto de la pirámide social
incaica se emplazó el emperador, que se hizo descender de Inti, el dios del sol
y tuvo un carácter divino. Sin menoscabo de casarse con la nobleza de otras
regiones conquistadas, el Inka se casó con una hermana, Colla, y tuvieron una
herencia compartida; un rasgo que pueden haber heredado de las instituciones y
organización Chimú.
CARACTERÍSTICAS DE LA
SOCIEDAD INCA
La educación inca estaba
dividida en dos niveles, una para la élite, esto es la nobleza y que era una
educación formal que duraba aproximadamente 4 años y se impartía en los
"yachayhuasi" (Casa del Saber) y los "acllahuasi" (Casa de
las Vírgenes). En la primera se enseñaban principalmente, lengua y retórica,
religión, matemáticas, el arte de los quipus, historia, conocimientos
esotéricos, estrategia política y militar. Los alumnos eran varones hijos del
inca y de la nobleza y de curacas de los pueblos conquistados. En el Cuzco, en
la llamada Casa de las Serpientes se reunían los alumnos con los amautas
(maestros), y con los quipucamayoc que pertenecían a la descendencia de cada
uno de los incas y eran los encargados de contar la historia oficial. Desde la
época de Pachacutec (1438-1471) los quipucamayoc estaban obligados a hacer cantares
históricos relativos a las hazañas de cada Inca. A la muerte de uninca se
reunía a estos historiadores para investigar si el Inca debía ser honrado por
su valentía o buen gobierno. Un Consejo de ancianos analizaba la historia y si
el inca había perdido algunas de las provincias recibidas de su padre y
"hubiese usado de bajezas y poquedades o había salido cobarde, amigo de
holgar y dado a vicios, sin acrecentar el señorío de su imperio", como
cuentan los cronistas, mandaba que de este quedase poca memoria o casi ninguna.
Algunos cronistas llegan a
mencionar que hubieron hasta 90 Incas, pero solo 14 fueron los merecedores a
quedar registrados por la memoria colectiva. Estas hazañas eran compuestas
"por las retóricas abundantes de palabras que supieran contar los hechos
en buen orden". En algunas celebraciones incas, principalmente en el
Intiraymi (Fiesta del Sol) en los días de nacimiento, en bodas, en los
entierros se sacaban los fardos funerarios de los antiguos gobernantes y el
quipucamayoc contaba la historia de su antecesor ayudado por instrumentos mnemotécnicos
de los quipus.
Los quipus eran un conjunto
de cuerdas de diversos tamaños, colores y clases de lana, unidas por nudos, que
tenían una doble lectura: por cuerda o de conjunto. Habían quipus estadísticos,
ideográficos e históricos que permitía registrar sucesos.
A las mujeres les enseñaban
el arte del tejido fino, religión, artes culinarias y normas sociales cortesanas.
La educación para el resto de la población era más empírico y concernía a los
campesinos. Esta educación era obra de la familia y de la sociedad en su
conjunto.
PARA QUIÉNES ESTABA RESERVADA LA EDUCACIÓN EN EL INCANATO
Y EN QUE INSTITUCIONES SE IMPARTÍA
La educación en el imperio
incaico estaba reservada a los nobles y se impartía en escuelas ubicadas en la
ciudad de Cuzco. Se les enseñaba aritmética y astronomía. Teniendo en cuenta
que la economía estaba basada en la agricultura se comprende la importancia de
estas ciencias para medir las tierras, y calcular los cambios de estaciones.
Los amautas eran los
encargados de enseñar los preceptos religiosos, los conocimientos políticos,
históricos y el manejo de los quipus. El resto del pueblo no tenía acceso a una
educación sistemática. Se procuraba, no obstante, que todos los habitantes del
imperio aprendieran el quechua, pero más por intereses políticos, que
educativos.
No se puede afirmar
categóricamente que los Incas no conocían la escritura pues siendo un pueblo
altamente evolucionado, es posible que en los quipus y las complicadas
inscripciones rupestres, así como en los diseños textiles (tocapus), se
encuentre la clave de su grafía. La existencia de tradiciones verbales sobre
las leyendas del incanato y la riqueza de sus fábulaus hacen indiscutible la
existencia de una literatura, cuya expresión más difundida es el drama
"Ollantay".
EL “MAGISTERIO” DE LA
SOCIEDAD INCAICA
Los padres eran los
educadores por excelencia entre la gente común. Enseñaban a los varones a
cultivar, cazar, hacer cerámica, tejer, ya las mujeres a cocinar, limpiar y
cuidar a los animales. Aparte de esta instrucción, se ocupaban de ilustrarlos
sobre el comportamiento social adecuado. Esta educación tenía una doble
vertiente: positiva, de buenos consejos, y correctiva, castigándolos cuando
violaban las pautas de comportamiento establecidas. Los castigos se proferían,
a veces, de forma muy violenta, como azotando o rasguñando con espinas muy
filosas.
Tras los padres, los
ancianos constituían el segundo nivel pedagógico. Su influencia educativa era
enorme porque se los consideraba depositarios de dos valores fundamentales:
experiencia y tiempo. Sólo los hijos de la familia real y de los nobles
concurrían a las escuelas. Se creía que las ciencias le pertenecían solamente a
ellos.
A) La enseñanza de las
escuelas se limitaba a aprender contenidos de memoria. Comprendía un extenso
programa de religión, gobierno, urbanidad, arte militar, cronología, historia,
educación de los hijos, poesía, música, filosofía y astrología.
B) Los maestros se llamaban
amautas, que es sinónimo de sabio o filósofo, y eran muy estimados. Las
escuelas se concentraban en un barrio de Cuzco y se denominaban Yacha huaci, o
casa de enseñanza. Allí vivían los amautas y los haravec, o poetas. Lo
verdaderamente sorprendente es que toda esta enseñanza la hicieran con tan sólo
la ayuda de los quipus, o cuentas de nudos, donde registraban su historia, su
legislación, su demografía y los ingresos y gastos estatales.
Me encanta la información que proporcionas, pero al momento de querer citar tu nombre;tengo dificultades. Espero que lo tomes bien. Te deseo suerte con tu blog, esta muy interesante.
ResponderBorrarMe pasa lo mismo al momento de citar, te mereces que te reconozcan.
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